El certificado energético es el documento mediante el cual podemos conocer el gasto energético necesario en el inmueble certificado para mantener unas condiciones de confort, tanto a nivel térmico como de uso, ya sea gasto de agua caliente, iluminación en locales comerciales, calefacción o refrigeración.
La calificación energética señala un rango de consumo medio potencial, el cual queda reflejado en una escala similar a la que encontramos desde hace un tiempo en los electrodomésticos y bombillas entre otros. Esta escala va de la letra A, que indica una gran eficiencia, un bajo gasto y consumo energético, hasta la G que es la letra que indica un gasto y consumo más elevado.
¿Qué se mide en el certificado energético?
Como resultado de la certificación energética se obtienen los siguientes datos para el inmueble certificado.
- Emisiones de CO2 medidas en Kg CO2/m2 año.
- Demanda de calefacción y refrigeración en Kwh/m2 año.
- Consumo de energía en Kwh/m2 año.
Es claro que una buena calificación energética supone un ahorro económico frente a otro inmueble de las mismas características con una calificación peor.
¿Cuáles son los focos de gasto energético en un inmueble?
El gasto energético total de una vivienda es debido a tres factores con distinto peso en la factura energética, quedan distribuidos de la siguiente manera:
- Calefacción: 65 – 75%
- Calentar agua: 15 – 20%
- Refrigeración: 9 – 11%
Los parámetros anteriores varían en función de la zona climática en la que nos encontremos, por ejemplo en Bizkaia el gasto en refrigeración será mucho menor que en Sevilla en cambio el gasto en calefacción será mucho mayor.
Además de lo anterior es importante recordar que el comportamiento y el uso de los habitantes de una vivienda, puede marcar que el consumo sea mayor o menor.
¿Cuánto se ahorra según la calificación energética para una misma vivienda?
Para una vivienda de unos 70 m2 el gasto energético anual según su calificación energética tiene los siguientes valores:
- A: Gasto casi nulo
- B: 282 €/año
- C: 360 €/año
- D: 468 €/año
- E: 735 €/año
- F: 1021 €/año
- G: 1535 €/año
Los datos anteriores nos dan una idea de la diferencia económica existente para una vivienda de similares características.
Es por lo anterior que la calificación energética es algo a tener en cuenta a la hora de comprar o alquilar una vivienda dado que el gasto anual varía notablemente de una calificación a otra, por eso a igualdad de precio y características es donde la calificación energética puede marcar la diferencia entre una vivienda y otra.
En los certificados energéticos realizados por Arquitectura técnica SLG siempre se garantiza la máxima calificación energética de acuerdo con las características del inmueble a certificar, dado que se estudian todos los condicionantes, con el fin de evitar datos por defecto que penalizan enormemente la calificación.
Por otro lado a la hora de recomendar las medidas de mejora de la calificación energética, siempre se tienen en cuenta dos factores de vital importancia como son los siguientes:
- Posibilidad técnica de realización de las medidas de mejora.
- Inversión a realizar y tiempo de amortización de las medidas.